Creo que ésta es una de las cuestiones más importantes que
uno podría pararse a reflexionar pues dependiendo de cómo veamos la vida así
nos sentiremos y nos irá en ella.
El otro día hablando con una mujer en mi consulta me
comentaba que se sentía muy chiquita y vulnerable, que el mundo era muy grande para ella y que
le daba miedo. Ante este enfoque es
normal tener agorafobia y otros muchos problemas.
No sólo ella tiene una visión del mundo como un entorno
demasiado grande, peligroso donde se
podría decir que la vida es una jungla.
Son muchos los que viven levantándose cada día para luchar y ganar, para competir con el otro, para demostrar que son los más fuertes, para sortear obstáculos, para sobrevivir, para quitarle al otro porque no hay
suficiente, para defenderse de los
malos, para acabar con los corruptos y
los criminales, con las
injusticias, las enfermedades, …
Desgraciadamente la mayoría de las personas tienen una
visión desoladora de la Vida, del Mundo y del Universo; y lo peor de todo, es que no se dan cuenta de
cómo esto les causa un gran sufrimiento además de una existencia pésima.
Si profundizamos un poco más, el mundo externo es un reflejo del mundo interno. No es así
porque lo diga yo, sino que está cada
día más reconocido por la ciencia. Cuando uno interpreta que está solo y
alejado, que el mundo es peligroso y que
necesita luchar y sobrevivir haciendo lo que haga falta, es porque está totalmente desconectado de sí
mismo, de su propia fuente de vida
interior. ¿Cómo ver fuera un entorno
amistoso y confiable si uno es incapaz de ser amigo de sí mismo, de pararse,
escucharse y, sobre todo, amarse?
Creemos que nos amamos pero lo que hacemos en el 99% de las ocasiones es
buscar sucedáneos que nos aporten placer y alivio del dolor, para no conectar con el vacío y la
desconexión interior.
Las personas que viven desde un enfoque en el que la vida les
cuida y les proporciona todo lo necesario siempre, se sienten unidas a todo lo que les rodea ( o
en vías de, más que la mayoría ),
confían, se dejan llevar y fluyen. Por supuesto que se ocupan y, en
ocasiones también, se preocupan pero suelen levantarse dando las gracias, amando y bendiciendo el día, el momento, la comida …,
suelen dejar de pensar tanto y pretender que su mente maravillosa aunque
muy limitada gobierne sus vidas, de
manera que se abren más a saborear el presente y vivirlo plenamente. Son personas alegres que tienen dificultades
como el que más pero viven con otra actitud,
mucho más positiva, abierta y
agradecida. Sin duda, practican el silencio y la meditación en
cualquiera de sus formas. Si hay mucho
ruido es imposible escucharse.
A quienes el mundo les resulta un entorno difícil, cruel y peligroso, entre otras cosas negativas, les
cuesta vivir. Cada día es un gran
esfuerzo, una lucha y un enorme pesar.
A quienes el mundo les resulta un entorno amistoso, confiable y
pleno, les deleita vivir. Cada día
es una aventura llena de millones de
oportunidades por descubrir y experimentar,
para aprender, disfrutar y
crecer.
Medita aunque sea por un momento en esta pregunta:
¿Te cuesta o te
deleita vivir?
Dicen que “Creer es Crear”,
así que tanto si crees que el mundo es bueno o malo, amoroso o cruel, estás en lo cierto; y así será tu experiencia en él.
Yo, desde luego, elijo pensar y creer que “LA VIDA ME AMA Y ME DELEITA“.
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