LOBO BUENO, LOBO MALO
“Una noche al lado de la fogata, un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla interna que ocurría en las personas.
El viejo hombre dijo: Hijo mío, la batalla es entre dos ‘lobos’ dentro de todos nosotros.
Uno es malo. Es la ira, la envidia, los celos, la tristeza, el remordimiento, la arrogancia, la autocompasión, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego.
El otro es Bueno. Es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión y la fe.
El nieto pensó acerca de ello por un minuto y luego le preguntó a su abuelo:
¿Cuál lobo es el que gana?
El viejo Cherokee simplemente respondió:
EL QUE TÚ ALIMENTAS "
**************************************
Resulta complejo ver en uno mismo al "lobo malo", aunque tengamos emociones negativas, solemos argumentarlas muy bien para echarles la culpa a los demás. Asi nos sentimos mejor y en cierta forma justificamos nuestro proceder.
Ultimamente se habla mucho de las sombras, de la ley universal que dice que como es adentro es afuera, que los demás nos sirven de espejo y reflejan lo que tenemos en nuestro interior y no queremos ver o aceptar.
No voy a profundizar mucho en este aspecto, sólo recordar que en cada uno de nosotros vive el santo y el asesino (el lobo bueno y el lobo malo). Que ambos conviven diariamente y coexiten como dos polos del mismo ser.
Ambos son necesarios y no pueden darse sin la presencia del otro. Para que exista la luz tiene que haber sombra, para que haya día tiene que haber noche.
Asumir y aceptar que tienes a ese lobo malo es fundamental. Responsabilizarte de el imprescindible y alimentarlo o no, es tu decisión personal.
Pase lo que pase fuera, te hagan lo que te hagan.... tu eliges.
Y lo haces cada día, en cada instante, en cada situación. Depende de ti y de nadie más.
“Una noche al lado de la fogata, un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla interna que ocurría en las personas.
El viejo hombre dijo: Hijo mío, la batalla es entre dos ‘lobos’ dentro de todos nosotros.
Uno es malo. Es la ira, la envidia, los celos, la tristeza, el remordimiento, la arrogancia, la autocompasión, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego.
El otro es Bueno. Es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión y la fe.
El nieto pensó acerca de ello por un minuto y luego le preguntó a su abuelo:
¿Cuál lobo es el que gana?
El viejo Cherokee simplemente respondió:
EL QUE TÚ ALIMENTAS "
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Resulta complejo ver en uno mismo al "lobo malo", aunque tengamos emociones negativas, solemos argumentarlas muy bien para echarles la culpa a los demás. Asi nos sentimos mejor y en cierta forma justificamos nuestro proceder.
Ultimamente se habla mucho de las sombras, de la ley universal que dice que como es adentro es afuera, que los demás nos sirven de espejo y reflejan lo que tenemos en nuestro interior y no queremos ver o aceptar.
No voy a profundizar mucho en este aspecto, sólo recordar que en cada uno de nosotros vive el santo y el asesino (el lobo bueno y el lobo malo). Que ambos conviven diariamente y coexiten como dos polos del mismo ser.
Ambos son necesarios y no pueden darse sin la presencia del otro. Para que exista la luz tiene que haber sombra, para que haya día tiene que haber noche.
Asumir y aceptar que tienes a ese lobo malo es fundamental. Responsabilizarte de el imprescindible y alimentarlo o no, es tu decisión personal.
Pase lo que pase fuera, te hagan lo que te hagan.... tu eliges.
Y lo haces cada día, en cada instante, en cada situación. Depende de ti y de nadie más.
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