viernes, 8 de abril de 2011

Yo Soy una Naranja Entera

Creo que nos hemos criado en la creencia  de que necesitamos encontrar a esa persona que de alguna forma nos va a completar y complementar en aquello que nos falta.  Esa persona con la que compartiremos el resto de nuestra vida, con la que seremos felices y ya no seremos dos mitades si no una sola,  porque al fin "hemos encontrado a nuestra media naranja".

Esto es algo que escuchamos desde pequeños, en los cuentos, sobre todo, de princesas se muestra cómo al fin se encuentran el hombre y la mujer, se casan y son felices y comen perdices para siempre.

Suena muy bien pero la realidad es muy diferente y sin darnos cuenta nos creamos más sufrimiento, innecesario totalmente,  al ver que no conseguimos alcanzar ese ideal que tenemos en nuestra mente.

Como siempre la solución está en el problema mismo,  sin embargo,  parece que no cuestionamos las creencias tan populares y arraigadas en nosotros,  las damos por verdaderas sin pensar hasta qué punto son ciertas y, sobre todo,  hasta qué punto nos benefician y contribuyen a nuestra felicidad.

Dedicamos nuestra vida a buscar a esa pareja ideal que nos da algo que hasta entonces no teníamos, y luego a mantener a toda costa esa relación creando dependencia a veces enfermiza porque si la perdemos, parece que dejamos de existir, nos volvemos imperfectos, algo nos falta, nuestra vida carece de sentido...

Desde mi punto de vista hay una gran diferencia entre amar a una persona y sentir alegria y dicha por compartir tu vida con ella  y sentir que tu vida tiene sentido por la presencia de esta persona en ella y que si falta te mueres.

Creo que muchas personas coincidirán en que la segunda opción no es sana, sobre todo, porque si tu felicidad depende de la presencia o ausencia de una pareja o de lo que haga o deje de hacer,  estás condenado al sufrimiento contínuo.

Para mi YO YA SOY UNA NARANJA ENTERA y tengo la dicha de compartir mi vida con un ser maravilloso como es mi marido.  Su presencia en mi vida hace que está merezca mucho más la pena ser vivida y que la disfrute y saboree, también me da la oportunidad de crecer y conocerme más aún estando en relación con él igual que con las demás personas pero no soy un ser incompleto que se hizo una parte entera al casarse.

Es muy facil crear dependencias con las personas y no sólo con la pareja,  a veces confundimos  el expresar nuestro deseo de estar y compartir con alguien con dependencia,  pero esta significa básicamente la necesidad imperiosa de estar con esa persona porque si no sientes que te mueres. Por esto desgraciadamente se mantienen muchas relaciones tormentosas.

Como dije al principio, la solución está en el problema,  cuando cambias esa creencia y ves que tu eres el centro, que tienes un estado de paz inalterable en tu interior pase lo que pase fuera,  cuando ves y compruebas que todo lo externo es cambiante continuamente y por ende temporal y que no puedes retenerlo ni controlarlo,  te rindes de alguna forma a saborear cada instante que compartes con tu pareja desde el amor y desde la libertad pero, sobre todo,  amandote a ti mismo, sintiéndote pleno y en armonía siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

:)))

Luz Navas Torres, Psicóloga y Facilitadora en Crecimiento Personal dijo...

Gracias Pedro, podrias ser más explicito eh? oye, llamame o escribeme y me cuentas cómo estas.
muchos besos, luz