Meditar no es algo tan complejo, ni técnico, ni siquiera reservado sólo para unos pocos, no hay una única forma de meditar, cada uno puedo encontrar la suya propia. Puedes hacerlo mientras caminas, mientras te duchas, mientras contemplas unos animales, una flor, unos niños jugando … es tan sencillo como observar sin juzgar, sin reaccionar, sin entrar en ningún pensamiento. Para ello puedes ayudarte de algo tan maravilloso como tu cuerpo, que es tu puerta de entrada. Siente cómo entra la respiración en tu interior, siente el aire cómo sale cálido hacia fuera. Dedica unos minutos del día a parar y, sencillamente, observar y sentir con el corazón.
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