lunes, 8 de marzo de 2010

Sobre el Ego

Quizás hayáis escuchado hablar del ego, del falso yo y diferentes nombres que se han empleado para referirnos a esa autoimagen que tenemos de nosotros mismos, creada desde pequeños.

Cuando estamos bajo nuestro falso yo, vivimos en el pasado y en futuro, vagamos en el tiempo, sin estar en el único momento que realmente existe y que es el presente, reaccionamos con respuestas automáticas muy condicionadas por haberlas repetido desde pequeños y/o haberlas visto en los que nos rodean, actuamos desde un prisma del "yo y tu" donde creamos separación y casi siempre estamos midiendo lo que damos y recibimos, lo que está en equilibrio o no, actuamos desde "yo llevo la razón", desde la preocupación por lo que pensarán los demás de mi, por nuestra imagen, actuamos teniendo en cuenta toda la experiencia pasada y viendonos influidos por ella, tendemos a buscar el placer y a eliminar o evitar el dolor como sea y un largo etcétera que ya podréis imaginar.

Durante un tiempo de mi vida me he dedicado a "la caza del ego" por decirlo de alguna forma, tratando de descubrirlo allí donde actuaba, ya que como sabréis es muy sutil e inteligente!!.

Resulta que cuanto más lo miraba y remiraba, más parecía que crecía, así cuando creía haber visto algo, resulta que debajo había más aún y más y es que he llegado a la conclusión personal de que aquello contra lo que te resistes persiste y cuanta más atención le prestas en luchar contra ello para eliminarlo, resulta que paradójicamente más crece.

Un día me levanté y me miré a mi misma al espejo, vi a mi falso yo por supuesto, pero tambien vi a otro Ser maravilloso contemplando fijamente mis ojos y en ese instante tuve comprensión y compasión de mi misma, de esa falsa identidad que en realidad es una victima de la historia y de la memoria humana. Comprendí sus miedos a lo desconocido, a la incertidumbre, su temor a perder, a verse sola, sus ansias de tener por sentir carencias, su preocupación por los demás por su imagen, por el qué diran, sus creencias tan arraigadas desde la niñez, su gran miedo a desaparecer y morir, ...
Decidí bautizarla como Lucesita, pues es el nombre que de pequeña me tenían en casa y creo de alguna forma me inspiraba ternura y comprensión.
Acepté la presencia de mi niña como parte de mi y desde ese día la llevo de la mano y cuando veo que reacciona con temor en cualquiera de sus formas ( dudas, preocupaciones, críticas, enojo, ira, ...) le hablo y le transmito Confianza y Amor y caminamos juntas en una nueva dirección.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡PRECIOSO, MI QUERIDA LUZ!

Has expresado algo cuya omisión a mí también me estaba dando mala espina.
A base del hablar del ego, hacemos IMAGEN Y CONOCIMIENTO DE ÉL, y cometemos un nuevo error, y sufrimos sus
consecuencias.

Al ego sólo hay que verle en el instante y en su acción, NO HAY QUE CONVERTIRLO EN ENTIDAD.
Somos nosotros mismos cuando actuamos en una dirección equivocada, cuando nos sentimos el centro y cuando nos sepramos
del TODO.
No es "un ente" que nos posea y contra el que haya que luchar. He repetido cien veces en los cursos -no sé si fuí tan claro
en los de allí- QUE LUCHAR CONTRA SÍ MISMO, APARTE DE IMPRODUCTIVO,DE NO GANAR NADIE PORQUE ERES TÚ MISMO EN TODO CASO, ES ESTÚPIDO, ARTIFICIAL Y ENFERMIZO.


Y muy bien puede haberte sucedido algo así.
Y muy bien ves QUE ESO NO ES.
Y me alegra muchísimo.

Creo recordar que te decía que el ver no podía ser triste, ni hacerte sentir mal, sino lo contrario, dar alegría e impulso.
Y el ver es siempre en el instante, aunque
es posible ver en nuestros recuerdos, en cómo actuamos y fuimos. No en el futuro
porque el futuro es hoy, en el hoy sí podemos ver el futuro.
El ver es un foco de luz supratemporal que puede iluminar cualquier punto del tiempo
lineal. Y descubrir ahí lo que es y lo que no, la luz y la oscuridad. Y él siempre produce luz, alegría, cambio,transformación positiva.

Y es preciso -tú lo expresas muy bonitamente a tu manera- AMAR, incluyéndonos a nosotros mismos!
No tenemos ni que despreciarnos ni mucho menos odiarnos, sino AMARNOS.
Lo que supone aceptarnos como somos,
ACEPTARNOS CON LA HUMILDAD QUE ES ACEPTAR LA VERDAD DE LO QUE SOMOS,
con lo positivo y lo negativo, y con las dos
variantes de lo uno en lo otro.

Es decir, si me perdonas que me ponga en primer plano, como te quiero yo a tí, enterita con todo lo que eres. Con lo cual, como ves, quiero a tu ego también porque eres tú misma en determinados aspectos, como el mío lo soy yo.
Y perdona que me ponga como un ejemplo
porque .de paso- aprovecho para decirte cómo te he querido,quiero y querré.

Me parece que has descubierto mucho, mi Luz. Y es tu propio hallazgo, y te felicito
mucho por ello y me da una gran alegría.
No importa ni tiene que ver que ese hallazgo lo haya hecho yo también. ¡Si es que tenemos que hacerlo todos! Y todos tenemos momentos en que ovidamos los hallazgos y nos comportamos como si no los hubiéramos hecho.
Pero cuando lo has hecho, puede volver pronto a darte cuenta otra vez. Y otra y otra. Y La Luz va penetrando más e tu interior. Y sobre todo EL AMOR, que es lo absolutamente supremo, en donde quiero con toda el alma que estemos siempre.


¡ENHORABUENA, GRACIAS Y TE QUIERO!

Gerardo