miércoles, 27 de junio de 2012

Soy libre porque pienso, siento y actúo


Durante la Fiesta de la Primavera en Puente Genil,  Córdoba,  desde la Concejalía de Igualdad se expuso un panel con distintas frases y la más votada fue: Soy libre porque pienso,  siento y actúo. 
Me complace poder escribir sobre lo que me sugieren estas palabras y espero que resulte útil para ti querido/a lector/a.
Cuando pensamos,  albergamos una idea en nuestra mente y eso tiene un valor,  un significado para nosotros/as según las creencias que tengamos, nuestras experiencias vividas, nuestra personalidad,....  Ese pensamiento genera un estado de ánimo que va en sintonía directamente con él.  Por ejemplo,  cuando pensamos en un recuerdo alegre y feliz,  un momento bueno de nuestra vida,  inmediatamente sentimos emociones tales como alegría,  entusiasmo,  bienestar, etc.;  de la misma forma,  cuando evocamos un recuerdo desagradable y doloroso sentimos tristeza,  pena,  sufrimiento,  etc.  Creo que enlazar pensamiento con emoción resulta fácil,  ¿verdad?  Lo comprobamos habitualmente.  Pues aún hay más: la acción también está muy relacionada con lo que pensamos y lo que después sentimos.  Cuando estamos tristes, asustados, preocupados, etc. no sólo nuestro estado de ánimo se ve influido sino que nuestro comportamiento también,  de manera que si pensabas salir ahora te entra miedo y te quedas en casa,  si estabas animado a comprar algo ahora te entra la duda y no lo haces,  si querías gritarle apasionadamente a la persona que amas cuanto la quieres,  ahora te lo callas porque temes que te deje o que se acabe.
Darnos cuenta de que los pensamientos que albergamos influyen tanto en nuestro estado de ánimo como  en nuestro comportamiento es una de las llaves que nos abre la puerta hacia la libertad.  Porque en el momento en el que me doy cuenta de lo que estoy pensando y soy consciente de cómo albergar esa idea en mi interior me va a llevar a un estado negativo,  yo puedo elegir entre seguir ahí regodeándome en el sufrimiento como yo suelo decir o, bien,   pararlo y cambiarlo por otro que me lleve por un camino distinto. 
Esta triada ya es interesante pero aquí no acaba todo,  hay un aspecto más: la realidad.
Lo que pensamos, sentimos y hacemos contribuye a la realidad que cada día construimos a nuestro alrededor.    ¿Cómo?  Pues para mí el presente que vivimos hoy lo gestamos en el pasado con nuestros pensamientos,  con nuestras emociones y con nuestras acciones.  De la misma forma,  el futuro que aún no existe lo estamos creando hoy con lo que estamos pensando ahora mismo,  con lo que estamos sintiendo y con lo que hacemos o dejamos de hacer.
¿Que implicaciones tiene todo esto? 
Pues para mi tiene muchas,  desde lo más individual hasta lo más colectivo,  inclusive a nivel mundial.
-  Si yo sé que albergar pensamientos negativos me afecta y me va a perjudicar.  Seria adecuado tratar de cuidar más lo que pienso cuando pienso,  valga la redundancia.
Creo que el dolor es inevitable pero el sufrimiento no.  Es una valoración subjetiva que hacemos nosotros mismos y en la mayoría de las ocasiones,  por no decir en todas,  es un valor añadido innecesario.
Por ejemplo,  cuando rompes una relación de pareja,  al propio dolor de echar de menos a esa persona con la que estabas acostumbrada a vivir o estar frecuentemente,  le añades el  sufrimiento innecesario con pensamientos catastrofistas y muy trágicos como lo que pudo haber sido y no será nunca,  o se acabó para siempre,  o nunca me quiso,  etc.  Esas ideas no son nada constructivas para tratar de estar mejor,  además de que tampoco son muy reales pues no tienes garantía de que se acabó para siempre.  La vida da muchas vueltas...
Sé que no resulta fácil eso de parar un pensamiento y cambiarlo por otro,  aunque darse cuenta ya es un gran paso,  a pesar de la dificultad,   tampoco es imposible,  es cuestión de práctica,  constancia y, sobre todo,  de elección personal. 
-   Si yo se que yo creo mi realidad con lo que pienso de mi mismo/a,  de la vida,  del mundo…  si elijo cambiar mis pensamientos por otros que representen más lo que yo quiero ver,  sólo tengo que hacer eso: soñarlo,  vivirlo y crearlo.
Desgraciadamente funcionamos al revés,  pensamos que primero se tienen que dar las evidencias a nivel exterior para cambiar luego nosotros,  sin embargo,  es justamente lo contrario,  cuando cambias tu manera de pensar,  cambiar tu manera de sentir y de actuar y así es como cambias tu realidad. 
-   Si yo soy libre para elegir lo que quiero pensar,  soy libre para interpretar un hecho con una valoración positiva o negativa,  para verlo todo blanco o negro,  para ver crisis u oportunidad.  Somos libres porque siempre podemos elegir,  sean cuales sean las circunstancias en las que nos encontremos,  nos pase lo que sea,  hagan lo que hagan los demás,  nosotros somos dueños y responsables de nuestras vidas desde el interior hacia el exterior.   Yo elijo lo que quiero pensar y en consonancia con ello siento, actúo y creo mi realidad.
Se que es complejo,  vivimos normalmente con el piloto automático puesto,  pero no es en absoluto imposible,  es una cualidad que el ser humano tiene y sólo tenemos que desarrollarla un poquito más.  
-  Si yo soy libre  y el futuro lo estoy creando ahora,  yo puedo elegir entre ver un futuro negro y desolador o verlo abierto y lleno de posibilidades y oportunidades.  
La realidad es que la realidad en la que vivimos hoy la hemos creado nosotros/as mismos/as,  tanto lo bueno que hay en este mundo como lo no tan bueno.  Lo hemos creado no sólo con nuestras creencias y nuestras emociones si no también con lo que hemos hecho y lo que no,  porque no hacer nada es una respuesta. 
Enfadarnos,   pelearnos los unos contra los otros,  echar los balones fuera,  justificarnos diciendo que nosotros somos insignificantes…  es una pérdida de energía absurda además de que es continuar en el mismo círculo.  Para salir de ello hay que valorar que la libertad que tenemos como seres humanos racionales es  directamente proporcional con la responsabilidad de nuestras vidas y de la realidad que creamos para nosotros mismos y para la humanidad.  
Nuestra presencia en el mundo es única,  irrepetible e insustituible y cada uno desde cada lugar donde está contribuye para bien o para mal con todo lo que está pasando en el mundo y con todo lo que puede pasar.
Somos seres creativos por naturaleza.  Somos capaces de crear la maravilla más grande del mundo y a la vez la mayor barbarie inimaginable.

Tenemos la capacidad de elegir y todo comienza con un sueño

Tú eliges lo que quieres soñar. 

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