Durante la Fiesta de la Primavera en Puente Genil, Córdoba,
desde la Concejalía
de Igualdad se expuso un panel con distintas frases y la más votada fue: Soy
libre porque pienso, siento y actúo.
Me complace poder escribir sobre lo que me sugieren
estas palabras y espero que resulte útil para ti querido/a lector/a.
Cuando pensamos, albergamos una idea en
nuestra mente y eso tiene un valor, un significado para nosotros/as según
las creencias que tengamos, nuestras experiencias vividas, nuestra personalidad,....
Ese pensamiento genera un estado de ánimo que va en sintonía directamente con
él. Por ejemplo, cuando pensamos en un recuerdo alegre y
feliz, un momento bueno de nuestra vida, inmediatamente sentimos
emociones tales como alegría, entusiasmo, bienestar, etc.; de
la misma forma, cuando evocamos un recuerdo desagradable y doloroso
sentimos tristeza, pena, sufrimiento, etc. Creo que
enlazar pensamiento con emoción resulta fácil, ¿verdad? Lo
comprobamos habitualmente. Pues aún hay más: la acción también está
muy relacionada con lo que pensamos y lo que después sentimos. Cuando
estamos tristes, asustados, preocupados, etc. no sólo nuestro estado de ánimo
se ve influido sino que nuestro comportamiento también, de manera que si
pensabas salir ahora te entra miedo y te quedas en casa, si estabas
animado a comprar algo ahora te entra la duda y no lo haces, si querías
gritarle apasionadamente a la persona que amas cuanto la quieres, ahora
te lo callas porque temes que te deje o que se acabe.
Darnos cuenta de que los pensamientos que
albergamos influyen tanto en nuestro estado de ánimo como en nuestro comportamiento es una de las
llaves que nos abre la puerta hacia la
libertad. Porque en el momento en el que me doy cuenta de lo que estoy
pensando y soy consciente de cómo albergar esa idea en mi interior me va a
llevar a un estado negativo, yo puedo elegir entre seguir ahí
regodeándome en el sufrimiento como yo suelo decir o, bien, pararlo y
cambiarlo por otro que me lleve por un camino distinto.
Esta triada ya es interesante pero aquí no acaba
todo, hay un aspecto más: la realidad.
Lo que pensamos, sentimos y hacemos contribuye a
la realidad que cada día construimos a nuestro alrededor. ¿Cómo?
Pues para mí el presente que vivimos hoy lo gestamos en el pasado con
nuestros pensamientos, con nuestras
emociones y con nuestras acciones. De la
misma forma, el futuro que aún no existe
lo estamos creando hoy con lo que estamos pensando ahora mismo, con lo que estamos sintiendo y con lo que
hacemos o dejamos de hacer.
¿Que implicaciones tiene todo esto?
Pues para mi tiene muchas, desde lo más individual hasta lo más
colectivo, inclusive a nivel mundial.
- Si yo sé
que albergar pensamientos negativos me afecta y me va a perjudicar. Seria adecuado tratar de cuidar más lo que
pienso cuando pienso, valga la
redundancia.
Creo que el dolor es inevitable pero el
sufrimiento no. Es una valoración subjetiva que hacemos nosotros mismos y
en la mayoría de las ocasiones, por no decir en todas, es un valor
añadido innecesario.
Por ejemplo, cuando rompes una relación de
pareja, al propio dolor de echar de menos a esa persona con la que
estabas acostumbrada a vivir o estar frecuentemente, le añades el
sufrimiento innecesario con pensamientos catastrofistas y muy trágicos como
lo que pudo haber sido y no será nunca, o se acabó para siempre, o
nunca me quiso, etc. Esas ideas no son nada constructivas para
tratar de estar mejor, además de que tampoco son muy reales pues no
tienes garantía de que se acabó para siempre. La vida da muchas
vueltas...
Sé que no resulta fácil eso de parar un
pensamiento y cambiarlo por otro, aunque darse cuenta ya es un gran
paso, a pesar de la dificultad, tampoco es imposible, es
cuestión de práctica, constancia y, sobre todo, de elección
personal.
- Si yo
se que yo creo mi realidad con lo que pienso de mi mismo/a, de la vida,
del mundo… si elijo cambiar mis
pensamientos por otros que representen más lo que yo quiero ver, sólo tengo que hacer eso: soñarlo, vivirlo y crearlo.
Desgraciadamente funcionamos al revés, pensamos que primero se tienen que dar las
evidencias a nivel exterior para cambiar luego nosotros, sin embargo,
es justamente lo contrario,
cuando cambias tu manera de pensar,
cambiar tu manera de sentir y de actuar y así es como cambias tu
realidad.
- Si yo
soy libre para elegir lo que quiero pensar,
soy libre para interpretar un hecho con una valoración positiva o
negativa, para verlo todo blanco o
negro, para ver crisis u
oportunidad. Somos libres porque siempre
podemos elegir, sean cuales sean las circunstancias en las que nos
encontremos, nos pase lo que sea, hagan lo que hagan los
demás, nosotros somos dueños y responsables de nuestras vidas desde el
interior hacia el exterior. Yo elijo lo
que quiero pensar y en consonancia con ello siento, actúo y creo mi realidad.
Se que es complejo, vivimos normalmente con el piloto automático
puesto, pero no es en absoluto
imposible, es una cualidad que el ser
humano tiene y sólo tenemos que desarrollarla un poquito más.
- Si yo
soy libre y el futuro lo estoy creando
ahora, yo puedo elegir entre ver un
futuro negro y desolador o verlo abierto y lleno de posibilidades y
oportunidades.
La realidad es que la realidad en la que vivimos
hoy la hemos creado nosotros/as mismos/as,
tanto lo bueno que hay en este mundo como lo no tan bueno. Lo hemos creado no sólo con nuestras
creencias y nuestras emociones si no también con lo que hemos hecho y lo que
no, porque no hacer nada es una
respuesta.
Enfadarnos,
pelearnos los unos contra los otros,
echar los balones fuera,
justificarnos diciendo que nosotros somos insignificantes… es una pérdida de energía absurda además de
que es continuar en el mismo círculo.
Para salir de ello hay que valorar que la libertad que tenemos como
seres humanos racionales es directamente
proporcional con la responsabilidad de nuestras vidas y de la realidad que
creamos para nosotros mismos y para la humanidad.
Nuestra presencia en el mundo es única, irrepetible e insustituible y cada uno desde
cada lugar donde está contribuye para bien o para mal con todo lo que está
pasando en el mundo y con todo lo que puede pasar.
Somos seres creativos por naturaleza. Somos capaces de crear la maravilla más
grande del mundo y a la vez la mayor barbarie inimaginable.
Tenemos la capacidad de elegir y todo comienza
con un sueño
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