- ¿Qué vas a hacer con … tu vida?
- -
No lo sé.
- - Pues
deberías saberlo.
- -
¿Es eso
verdad? No, a la vista está que no lo es.
¿Cómo te sientes cuando los demás te dicen que deberías saber qué quieres o qué vas a hacer con algún aspecto de tu vida?
No sé tú, pero yo me
siento mal, muy mal, cuando mis seres queridos especialmente me
interrogan cada dos por tres acerca de lo que estoy haciendo o voy a hacer con
algún aspecto de mi vida, como por
ejemplo, mi estado sentimental, mi
situación sin coche o vivir de alquiler.
Después de todo les estoy muy agradecida, pues sus preguntas contienen una gran sabiduría.
En esa situación inquisidora, por parte externa y de cosecha propia,
empiezas a decirte mentalmente: “
ostras, ¿qué voy a hacer?, yo debería
saberlo, ¿por qué no lo sé?, así no puedo estar, tengo que hacer algo, lo que sea pero hacer algo, tengo que pensar
en qué, tengo que tomar una decisión”…
En este estado difícilmente puedes ver con claridad. Lo sé por experiencia propia.
De manera que cuando piensas que deberías saber lo que
quieres y tener tu vida bajo control, tu
situación ya establecida en cierta forma y no es así, te sientes fatal con una gran dosis de
confusión, ansiedad y preocupación.
¿Te has parado a pensar cómo te sentirías si no tuvieras el
pensamiento “¿qué vas a hacer con … lo
que sea?”, si no tuvieras el
pensamiento “deberías saberlo ya y hacer
algo al respecto”.
¿Te has parado a pensar cómo te sentirías si esa vocecita
interna y externa de la mano de otros NO llevara razón?
Para mi esa voz es como el locutor de radio, como el comentarista de los partidos de
futbol que no se calla, personalmente me
abruma y pone histérica en un plis plas.
( pido disculpas y mi más sincero respeto hacia ellos, pero
para mi es así )
Todos esos pensamientos son como un disco rayado que se
repite sin cesar y que sólo dan la lata. Pues repito, en ese estado de caos y confusión no vas a
dar con una respuesta y solución realmente adecuada.
¿Yo debería saber ya
lo que voy a hacer? ¿Es eso cierto?
La realidad es que no y la prueba está en que no lo sé.
¿Te has parado a pensar que todas estas cuestiones que
parecen tan lógicas, necesarias y hasta
razonables, están centradas en el
futuro? Momento no creado aún sobre el
que no tienes control, por mucho que así
lo creas.
Ay de aquellos que
creen saberlo todo y tener su vida controlada …
Eso es sólo una ilusión de sus mentes.
Lo más irónico de todo,
aunque esto es otro cantar, es
que el que dice saber lo que quiere y tener su vida organizada, es precisamente el que menos la tiene aunque
no lo reconoce pues no soporta la incertidumbre, por eso mismo con tanta rotundidad y hasta
autoridad en ocasiones se lo dice al otro.
¿Te has dado cuenta
de que cualquier cosa puede suceder en cualquier momento?
Hay cosas más probables que otras sin duda, pero todo puede suceder en cualquier momento.
¿Esto te genera ansiedad verdad? Te vapulea y eso no te gusta. A mi tampoco.
¿Puedes llegar a reconocer,
aunque sea a solas contigo mismo/a que tu mente es muy limitada y que a
penas vislumbra la sabiduría y la grandeza que la vida contiene?
Yo me atrevo a rendirme ante la vida, a pesar del miedo y de la duda que en muchos
momentos me embargan.
Yo me entrego a fluir con la vida, ocupándome cada día,
dando lo mejor de mí en cada momento.
De esta manera, hoy sé lo que tengo que saber y nada más, tengo lo que necesito y mañana así, muy probablemente,
será.
Añado unas palabras más a este artículo tras ver un
documental sobre Extranjeros en la Cárcel.
Un ex presidiario ha prestado testimonio. Dedicó su tiempo mientras estaba preso a
aprender un idioma, leer y meditar cuanto puedo y más. Después de salir dijo: “Cometí
un error y pagué por ello, creo haber
aprendido la lección. Ni todo el oro del
mundo me serviría si no tengo la libertad que allí dentro carecía”.
La libertad la perdemos aunque estemos en la calle cuando
nos aferramos a nuestras creencias,
cuando creemos que sabemos mucho y que lo controlamos todo, cuando creemos saber lo que es mejor para
nosotros y para los demás y, lo que es
peor, cuando buscamos seguridad y un
suelo firme que pisar. La seguridad es
sólo una ilusión de nuestra mente, no es
real, por mucho que pienses, planifiques,
atesores tu futuro, tengas
personas a tu lado y bienes a tu nombre.
Todo eso puede desaparecer en cuestión de segundos.
¿Eres capaz de afrontar ese hecho?
Cuando yo me pongo muy segura diciendo lo que sé y
afirmándolo. Me voy a un espejo, me miro a la cara y en voz bien alta me digo “
no sabes nada, no tienes ni pajolera
idea Lucesita”
Se me bajan los humos muy deprisa, me rio,
elijo relajarme y me pongo en manos de la vida.
Libre y feliz es
aquel que sólo sabe que no hay nada que saber más que lo que conoce hoy y que
ya tiene todo lo que necesita aquí y ahora.
El futuro se va
dibujando paso a paso ocupándose con buen ánimo del presente.