lunes, 28 de abril de 2014

Cierro el Centro de Psicología Sistémica

Mis más sinceros saludos hacía ti.   Te agradezco que me permitas expresar y compartir de manera explícita lo que he decidido.   Diría que,  en parte, lo deseo y,  en otra parte,  es una explicación que muchas personas merecen recibir. Especialmente todas las que han acudido a mi consulta presencial y on line, las que están subscritas al blog, a youtube, al  facebook …
El Centro de Psicología Sistémica “Luz María Navas” ofreciendo Terapia Individual, Familiar y de Pareja desde junio del 2003 así como la web. tupsicologapersonal.es  ofreciendo igualmente atención psicológica por teléfono y on line desde el 2006, cierran sus puertas después de prácticamente once años de trabajo continuado.   Puede  entenderse  que me retiro de la psicología clínica y de la psicoterapia. 
Podría dejar la noticia así y que cada uno interpretara lo que quisiera, de hecho,  diga lo que diga cada cual va a asimilar en base a su forma de pensar pero considero que quiero decir explícitamente por qué he decidido hacer esto.   No es porque esté cansada ni quemada de escuchar problemas,  a pesar de reconocer que a veces me he sentido así,  pero sólo momentáneamente.  Permíteme decirte que tengo energía y motivación para rato. Más bien es porque he llegado a ser consciente después de un proceso continuo de auto observación de que yo soy responsable del sufrimiento que veo cada día especialmente en mi trabajo.  Puede que no estés de acuerdo o que no comprendas este punto de vista pero, para mi,  y en mi mundo, es así; motivo por el que no puedo seguir contribuyendo a mantener esta realidad.  Especifico porque ya me han argumentado esto,  que no me siento culpable,  si no responsable,  y aunque también me dicen que las personas con problemas van a seguir existiendo aunque yo deje de trabajar como psicóloga desde el enfoque habitual clínico,  desde mi punto de vista contribuyo con mi parte hasta donde creo que puedo y me ocupo de crear otra realidad diferente en mi mundo.  El mío. Aunque sólo hay uno  y todo lo que cada persona piensa y hace influye en el resto.
Siempre he trabajado desde un enfoque de terapia breve centrado en soluciones,  he visto los recursos, las excepciones y lo bueno en las personas,  siempre he adoptado la postura de caminar con las personas  y darles a ellas el protagonismo de sus vidas,  a que ellas con mi colaboración construyan sus propias soluciones.  Nunca me ha gustado utilizar etiquetas de diagnósticos aunque en ocasiones lo he hecho,  sin embargo,  desde hace tiempo me he negado a firmar informes donde desde mi punto de vista condenaba a una persona a creer que tenía una enfermedad y verse como tal. 
Desde que empecé a trabajar como psicóloga y antes incluso en la formación en terapia familiar,  deseaba que llegaran personas a mi consulta con problemas que resolver,  me levantaba cada día con el “buen deseo” de ayudar al prójimo a ser feliz además de ganarme la vida con ello.       Cada vez que una persona mejoraba sentía una gran satisfacción procurando siempre recordar que el verdadero mérito era de la persona misma y no mío.  Aun así,  llegaron fases de frustración por ver cómo la gente no cambiaba tanto.  Recuerdo el Principio de Pareto y observaba que 2 o 3  de cada 10 personas hacían verdaderos cambios dándoles un giro importante a sus vidas;  el resto producían ciertas mejoras pero entraban dentro de lo que se conoce como el cambio tipo I que es un lavabo de cara digamos y dejar los trapos sucios en el fondo.     Eso me frustraba mucho y me enfadaba con la gente,  sin darme cuenta de que YO ERA LA GENTE.  A menudo se me nubla la visión y pierdo la perspectiva aunque cada vez más rápidamente caído en la cuenta de que “nada externo a mi,  es ajeno a mi”. 
Poco a poco fui comprobando que cuantas más técnicas aprendía para resolver los habituales problemas de ansiedad,  depresión,  estrés,  miedos, etc.   Más personas venían a mi consulta “precisamente” con estas problemáticas.  Desde luego,  no era casual. 
A la par fui posicionándome en un optimismo más marcado,  en soluciones,  en crear bienestar y no tardé mucho en ver “Adicción al sufrimiento” por doquier . “ ¿Por qué se empeña la gente en sufrir siempre?  Estoy cansada de repetir lo mismo una y otra vez  me decía a mi misma … “ Hasta que un día me di cuenta de que yo era la adicta al sufrimiento,  pues me servía de él para sentirme realizada con mi labor,  para obtener reconocimiento por lo “buena que soy escuchando y ayudando a los que tienen problemas” y para trabajar y obtener una remuneración como corresponde a todo trabajador. 
Han sido once años de caminar y de aprender,  no trabajo igual que cuando empecé y he ido aprendiendo, innovando y abordando mi labor de forma diferente conforme han ido pasando los años. 
El trabajo personal continuo de autonocimiento y las diferentes situaciones que he vivido en mi vida personal junto con las terapias naturales ( flores de Bach, Reiki, Aromaterapia …),  la meditación , el estudio de las leyes universales,  la hipnosis,  el hooponopono ( que tiene un nombre muy raro pero que me llevó a darle la vuelta a mi vida y asumir cada día más mi responsabilidad en todo cuando me sucede….) Todo esto y más me han llevado hasta aquí.
El punto de inflexión ha sido tener a personas jóvenes con cáncer en mi consulta.  Ese hecho me hizo pararme y preguntarme seriamente  “¿en qué estoy pensando yo para ver esto?” , “¿esta es la realidad que estoy creando yo cada día?”.
“Me hago responsable de lo que veo  fuera y no me gusta”  es una frase que repito con mucha frecuencia,  porque para mi,  yo soy el proyector de lo que veo proyectado en mi vida.
Para mi,  existen personas con problemas que necesitan resolver con mi ayuda porque yo me levanto cada día con ese propósito,  si me levantara con otro,  experimentaría otra realidad.
No sé lo que voy a pensar mañana,  no sé las vueltas que puede dar la vida,  no sé hacía donde camino la verdad,  pero si sé que no quiero seguir creando en mi mundo más y más personas sufriendo y necesitando mi ayuda cada día.  ¿Las seguirán habiendo? Por supuesto que sí,  mientras existan personas que crean en la enfermedad y el sufrimiento existirán personas enfermas y que sufran.   No puede existir el uno sin el otro. 
Me he cansado de decirle a las personas que se hagan responsables de sus vidas,  he llegado a aburrirme de repetir lo mismo cada día,  sin darme cuenta de que el mensaje era siempre para mí.  Era yo la que no terminaba de hacerse responsable de lo que veía y cada persona me lo mostraba.
¿Cómo puedo seguir diciéndoles a los demás que se miren a sí mismos y se hagan responsables de lo que proyectan si yo no lo hago? ¿Si yo no soy coherente con lo que pienso, siento , digo y hago?.
Por este motivo dejo de trabajar hoy por hoy como psicóloga clínica y psicoterapeuta.  Elijo dejar de llevar un cartel que dice “ Soy psicóloga, te escucho y te ayudo a resolver tus problemas” ,  elijo dejar de crear personas que estén mal para seguir trabajando y ganándome la vida.
¿Qué vas a hacer?  Es la pregunta del millón que yo misma me hago cada día. 
De entrada seguir impartiendo cursos que tengo apalabrados en ayuntamientos y puede que dé algunos más a nivel particular pues hay personas que llevan tiempo pidiéndome que ponga fechas.   Mis clases de Mindfulness van genial y pienso continuar hasta junio inclusive.  Terminaré en la consulta con las personas que estoy atendiendo ahora y circunstancialmente veré a algunas que conozco si me requieren para ello.  A las nuevas las estoy derivando ya  a otras compañeras psicólogas del pueblo.
Seguiré escribiendo pues me encanta,  continuaré con un  libro que tengo a medio hacer a ver si lo termino   y quizás tenga más adelante consulta individual pero desde un enfoque totalmente distinto y con un nuevo propósito.
Mil gracias por tu tiempo,  por tu atención y, sobre todo,  por tu presencia directa o indirecta en mi vida. 
Para mi todo lo acontecido ha sido justo y necesario,  ha sido perfecto para estar donde y como estoy hoy.  No ha habido ningún error.
De aquí para atrás las cosas han sido como debían ser para que yo aprendiera y tomara consciencia además de fuera útil pues creo que he contribuido en gran medida a que muchas personas mejoren, sean más felices e incluso cambien sus vidas;   y  de aquí para adelante tengo un libro con las páginas en blanco y lo más maravilloso es que yo puedo elegir lo que quiero escribir.
Todo comienza con un pensamiento.

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