martes, 24 de abril de 2012

Jugando con los Ángeles

Durante un tiempo considerable la idea del oso tonto que se les coloca a mis pequeños y hace que se pongan tristes y enfadados me ha sido muy útil para sacarlos de esos atascos rápidamente. 
Supongo que como la vida está en continuo cambio,  lo que hace un tiempo funcionaba y era divertido,  pues ahora quizás es ya muy infantil y toca algo nuevo. 
Así surgíó este cuento, entre risas y caricias mientras nos dábamos los tres calentitos en la cama un masaje ( metamórfico,  dicho sea de paso),  surgió esta historia que está siendo útil no sólo para mis hijos y los más pequeños,  si no también para algún que otro mayor que sigue albergando dentro de si a Peter Pan o a Campanilla.

Jugando con los Ángeles

Había una vez una niña que se llamaba Natalia.  Era una pequeña de 8 años muy alegre y divertida.  Le encantaba ir a clase para aprender cosas nuevas cada día pues su mente inquieta y curiosa siempre estaba imaginando historias y cosas llenas de magia y fantasia.
También le gustaba jugar en el recreo con sus amigos y amigas y era conocida entre sus compañeros no sólo por su gran imaginación si no también porque le gustaba ayudar a los demás.
Un día Natalia vio que una de sus mejores amigas,  Cristina,  no estaba jugando con todos en el recreo.  Empezó a buscarla y se la encontró en un rincón del patio,  sentada sola y muy triste.  
Rápidamente se acercó a ella y le preguntó qué le pasaba y su amiga le respondió:
   -   Estoy triste y sólo tengo ganas de llorar pero no quiero hacerlo,  no quiero que los demás se rian de mi,  ya lo han hecho mucho hoy.  
   -   Pero,  ¿qué te ha pasado?,  le dijo Natalia.
   -   Pues que estábamos jugando todos y a mi se me ha caido la pelota y todos han empezado a reirse y Carlitos me ha dicho que era muy torpe y que dejara de jugar con ellos.
   -   Oh vaya,  ese Carlitos,  se cree muy listo.

Humm   murmuraba Natalia,  mientras se tocaba la cabeza tratando de encontrar algo para animar a su amiga Cristina.

Una orden se dio a si misma:  "Querida imaginación,  ayúdame a crear algo divertido pero, sobre todo,  útil para que mi buena amiga vuelva a sonreir y deje de estar triste."

De pronto a Natalia se le iluminó la cara  dijo:  "!Ya lo tengo !" 

   -   A ver Cristina,  cierra los ojos e imagina lo que te voy a contar.  Tu piénsalo en tu cabeza como cuando recordamos nuestras pelis favoritas,  ¿Vale?.

Cristina no sabía bien lo que su amiga quería hacer con ella pero decidió confiar y cerró los ojos.

   -   Vale,  pues cierra los ojos como te digo,  respira profundamente,  una ,  dos ,  tres,  muy bien ...  ahora imaginas que estas escuchando a niños cómo juegan,  los oyes muy lejanos pero te vas acercando mas y más.  Empiezas a andar y a buscarlos pero ves que no están en el suelo,  si no que los divisas a lo lejos en el cielo azul.   Quieres subir hacia donde ellos están y una preciosa nube se acerca a ti para llevarte a lo mas alto.  Empiezas a elevarte,  te vas sintiendo un poquito mejor, ¡ vuelas !
Cuando ya estás cerca puedes ver mejor a esos niños, entonces te das cuenta de que tienen algo especial:  son Ángeles.   Llevan unos vestidos celestes preciosos,  unas coronas doradas y brillantes y unas alas blancas y grandes con las que pueden moverse libremente y volar.  
Están jugando al coro de la patata,  están felices y contentos, sonríen,  cantan,  juegan y bailan agarrados de la mano.  ¡ Qué divertido es! 
Míralo bien de cerca Cristina,  escucha cómo se lo pasan bien.  

De pronto,  un Ángel te llama y te invita a jugar con ellos y tu sales corriendo,  te agarras de sus manos y jugas,  volando,  riendo,  cantando agarrada por ellos.

Te sientes guay,  estás flotando en el aire,  te ríes y juegas...

Natalia se dio cuenta de que su amiga Cristina estaba sonriendo de nuevo,  se le veía una cara mucho más alegre que antes y su tristeza había desaparecido por completo. Así que tuvo que recordarle que el recreo ya casi había terminado y debían volver a clase.
 

Cristina estaba tan bien jugando con los angelitos que le costó volver al Planeta Tierra pero fue arrastrada por su amiga y gracias a ella no llegó tarde.  Antes de eso,  Natalia le recordó que ellos,  los Angelitos,  están  jugando en el cielo y dispuestos a ayudarla siempre que lo necesitara.

-   Cuando estés triste,  enfadada o estés mal por lo que sea.  Cierra tus ojos,  súbete en una nube blanca y esponjosa y deja que te lleve hasta los Ángeles.  Alli puedes jugar con ellos,  reir, cantar, bailar y verás cómo en unos minutos tu triteza,  tu rabia o tu malestar,  habrá desparecido.

Cuando entraron y se sentaron en sus sillas,   Natalia vio que su maestra estaba enfadada,  no dejaba de gritarles a todos que se callaran y casi se estaba quedando afónica. 

Los niños estaban alborotados aun por el recreo y a penas escuchaban a su maestra que gritaba más y más.
Ella estaba afanada en que se sentaran,  se quedaran en silencio y continuaran con los deberes pues era muy importante tenerlos terminados antes de que acabara la clase.  
La profesora no conseguía captar la atencion de sus alumnos y cada vez se enfadaba más,  su paciencia se estaba acabando y,  desde luego,  no utilizaba mucho su imaginación.  Será porque ya la ponía poco en uso con eso de hacerse mayor,  pensaba Natalia.
Esta niña traviesa y tan imaginativa,   observaba a su seño desde lejos cómo gritaba y su cara se desencajaba aun más,  asi que decidió levantarse y acercarse hasta su mesa.

-    Seño,  tengo que decirte algo importante,  a Cristina le ha funcionado muy bien con su tristeza y estoy segura de que a ti con tu enfado te vendrá genial.  

-   Ahora no Natalia,  no es el momento para escuchar una de tus historias,  no estoy de humor.  Hazme el favor de sentarte en tu pupitre y acabar tus deberes,  replicó la profesora.

-   Pero,  te va a ayudar mucho,  lo sé de verdad señorita,  dijo Natalía.

-  Te he dicho que ahora no, ¡ vete a tu mesa sin rechistar!

Natalia se fue refunfuñando hacia su mesa,  
   -   " Estos adultos tontos que se creen muy listos e importantes,  ¿Que puedo hacer yo para que mi señorita vea que estar tan enfadada no es bueno para ella,  además de que así no consigue que nosotros le hagamos caso?"

De nuevo su imaginación empezó a funcionar a marcha express y tuvo otra idea.

Escribió una nota en la que ponía "  Soy Natalia,  cuando diga Ya,  te levantas,  te coges de las manos de dos de tus compañeros tuyos y te pones a jugar al coro de la patata.  Hazme caso por favor,  confia en mi. "

El papel amarillo escrito por Nat empezó a pasar de mano en mano y cuando lo hubieron visto todos,  Natalia grito alto y claro:  !YA!  y todos los niños y las niñas se pusieron de pie,  se agarraron de la mano y empezaron a jugar al coro de la patata mientras cantaban y reían todos juntos.

La señorita no daba crédito a lo que estaban viendo sus ojos, ¿ pero qué hacían estos niños ? se preguntaba,  y de nuevo se puso a gritar y a usar su silbato.

Pero ningún niño dejó de jugar y de cantar,  todos seguían en la gran rueda que había formado y entonces Nat dijo:
    -  Vamos seño,  ven a jugar con nosotros.  Nada es tan serio ni tan importante como para que estés tan enfadada,  Además dicen que no es bueno para la salud.   "Queremos verte contenta señorita, así estás mas guapa".

A la profesora,  le costó un poco arrancar pero aquellas palabras de su alumna le hicieron despertar y salir de ese tonto atasco en el que todos caemos a menudo. 
Así que se puso a bailar junto a los niños y las niñas en mitad de la clase y en solo unos minutos estaba cantando, riendo y jugando como una niña pequeña.


Desde ese día,  los niños y las niñas juegan a menudo con los Ángeles en su imaginacion para salir de la tristeza,  del enfado, del dolor ...  y tú tambien puedes hacerlo,  recuérdalo.
También juegan al coro de la patata en el patio o incluso en la clase para ponerse contentos de nuevo y poder seguir con la tarea de buen humor.
Dicen que cuando estás alegre se te ocurren ideas geniales y todo sale mejor 

Y colorín colorado,  este cuento se ha acabado y el que no levante el culo, ¡¡¡¡ se quedará pegado !!!!


Espero que te haya gustado esta pequeña historia,  puedes alargarla o acortarla,  modificarla si quieres,  lo importante para mi es que los niños tengan una herramienta util y divertida para salir del atasco en el que suelen entrar normalmente con el enfado  y evitar así largas ponzoñas o rabietas.
También es útil para los adultos, quienes nos creemos que sabemos mucho,  recordar que podemos aprender de unos grandes maestros como son los niños en general  y nuestros hijos en particular.  

Y recordar también que las emociones son humanas,  hay que vivirlas pero no quedarse atascadas en ellas,  coge la herramienta que te sea util pero cambia el chic y no dejes que el malestar se quede en tu casa interior.


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