Pido disculpas anticipadas porque quizás en este artículo pueda "
pasarme" un poquito. Hay cuestiones sobre las que nos gusta hablar pero otras que también nos conciernen y, sin embargo, nos cuesta más reconocer.
Aunque no lo parezca o puedan estar algunos en desacuerdo, para
mi, quejarse es un verdadero arte. Arte que algunas personas tienen muy
bien aprendido y perfilado. Diría que es un patrón mental que forma parte del ser humano. Aprendido más bien, pero presente en todos, aunque quizás en algunos más que en otros.
Estoy segura de que en más fácil que pienses ahora en personas
que te rodean y que se quejan continuamente más que en ti mismo o en ti
misma.
Sé que lo negativo en más fácil verlo en los demás que en
uno mismo pero si observas que las personas que se quejan contínuamente te afectan de manera especial, toma conciencia de que están reflejando eso mismo en ti, sólo que lo tienes oculto o lo niegas.
Además de ver este hecho como una oportunidad para conocerte mejor, hay algo más que se puede hacer. Descubrir la dinámica subyacente en este tipo de interacciones entre las personas.
Por regla general, la persona que se queja suele quedarse atascada en el problema, en el lado negativo de la situación. Suele hablar contínuamente de lo malo que le sucede y, por supuesto, necesita espectadores que le escuchen.
La dinámica suele ser: el que se queja suelta, metafóricamente hablando su bolsas de basura, los que están alrededor, suelen verse "contaminados", tienden a escuchar, aconsejar, ayudar al que tiene problemas pero en poco tiempo empiezan a darse cuenta de varias cosas.
La primera es que se quedan agotados despues de estar un tiempo con la persona "quejosa", la segunda es que esa persona tiene siempre problemas, varía el contenido pero la estructura es la misma, y la tercera, que tienden a rechazar el contacto con esta persona pues aburre, agota, frustra ... ya que la persona no cambia. No actúa ni busca soluciones, sólo habla contínuamente de sus problemas.
Es conveniente tratar de ser comprensivo, detrás de esa queja hay, sin duda, una llamada de atención y, sobre todo, una necesidad de cariño. Las personas que se quejan se sienten solas y un día aprendieron que quejándose recibían el amor y la compañía que necesitan.
Sin quererlo empezaron a utilizar esa forma insana de relacionarse con los demás y consigo mismos.
¿ Cómo podemos actuar?
Si son niños y especialmente personas muy mayores, hay que tratar de ser delicados con ellos, lo cual no significa que sigamos respondiendo a sus demandas prestándoles atención. Así sólo perpetuamos la misma dinámica disfuncional para todos.
Trata de prestar atención a aquellas situaciones, aunque a veces sean escasas, en las que la persona "quejosa" está algo mejor o dice algo positivo. Esmérate entonces en ese momento para darle amor, atención, alabanzas... Cuanto más te fijes en ese lado bueno, más harás que esa persona también lo haga. Con los niños resulta más fácil, con los mayores y me refiero a ancianos es quizás más complejo, pero suele funcionar en muy poco tiempo.
Si estamos frente a adultos que se quejan, quizás aquí podemos ser más "tajantes" y decir explícitamente, siempre con respeto y delicadeza y hasta con cierta "gracia" que quieres escuchar cosas buenas. Eso te ayudará a dejar de ser cubo de basura donde la persona deposite sus bolsas y se desahogue a la vez que ayudarás a la persona a enfocarse más en lo bueno.
No resulta fácil romper esta dinámica pero si te mantienes, en poco tiempo verás los resultados.
Hay algo importante que debemos recordar y es que no podemos cambiar a
los demás. Esa es una gran tarea responsabilidad de cada uno. En realidad
bastante tenemos ya cada uno de nosotros con ocuparnos de nosotros
mismos para tratar de cambiar o convencer a los demás.
Pero te aseguro que si tú cambias tu enfoque y tu comportamiento provocas cambios en las personas que te rodean, En última instancia los demás tienen el derecho de ser como gusten, y por lo tanto, tu tienes la libertad de elegir con quién te quieres relacionar.
Recuerda que el optimismo se pega y el negativismo, por ende, también.
Si te sientes identificado con el rol de la persona que se queja y estás leyendo, te felicito!!! demuestras honradez y deseos de mejorar. Lo cual redundará en tu bien y en el de los que te rodean.
Sé que lo primero que piensas es " Es que en verdad tengo problemas" y empiezas un discurso muy bien argumentado de todo lo que te pasa.
Toma conciencia de que tú creas tu realidad con tus pensamientos y si sólo te enfocas en ver el lado negativo de las cosas eso es lo que verás. Si sólo piensas en lo malo que hay en tu vida, eso mismo seguirás creando y atrayendo para ti un día tras otro. No ves el lado bueno de las cosas, ni la oportunidad en las dificultades, tienes las gafas puestas de ver sólo calamidades por doquier.
Además de esto, te invito a que asumas tu actitud egoista, ya que sólo demandas atención en los demás para que te escuchen pero te olvidas de las necesidades de los otros Quizás en algunas veces contadas te olvides un poco de ti mismo/a para reparar en que a tu alrededor también suceden cosas.
Es un trabajo tuyo, es tu responsabilidad esforzarte por ser más alegre y optimista, así como atento/a y considerado/a con las necesidades de los demás.
Otro aspecto importante es que valores tus cualidades positivas, que te aseguro las tienes, y los que te rodean también las ven, pero con tu comportamiento quejoso sin quererlo haces que ellos mismos las olviden. Así que dale la vuelta a la situación, expresa tus virtudes y haz que los demás deseen estar contigo no por pena o por ayudarte si no porque desean estar a tu lado y disfrutar de tu compañia.
Recuerda también demandar atención y cariño de manera sana y explícita. No te metas en el laberinto retorcido de utilizar la pena y la autocompasión para captar el amor de los demás. Esto te ha funcionado y te funciona aparentemente pero a la larga te aisla socilamente además de que enfermarás ( si no lo estás ya) cada día más, te lo aseguro.
He visto a muchas personas "amargadas" que enferman ( sin querer conscientemente por supuesto) para seguir recibiendo atención y afecto sea como sea. Aunque esto le cueste su propia salud y calidad de vida.
Si necesitas un beso, un abrazo, compañia y apoyo. Pídelo explícitamente o, mejor aún, dalo tú primero.
Llega a los lugares dando amor y ayuda a los demás en lugar de demandándolo para ti. Desplaza tu enfoque de estar centrado sólo en ti mismo/a para reparar también en los demás.
Recuerda que es dando como uno recibe de verdad y amando como uno es amado.
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