Quizás hayas escuchado en alguna ocasión la frase "La vida es un juego de luces y de sombras". Viene a decir algo así como el lado bonito o lindo de la vida y el lado doloroso o negativo de la misma. En realidad esto es una interpretación, lo positivo o lo negativo no es más que una idea, una forma de verlo. Lo que sucede es que vivimos en una constante dualidad y necesitamos experimentar ambos polos o extremos para conocerlos. No podría existir el día si no existiera la noche, no sabríamos lo que es amar si no experimentamos el odio, por ejemplo.
Prosigo con la idea. Lo que vemos fuera, lo que coloquialmente llamamos vida es un reflejo de lo que tenemos dentro, en cada recodo de nuestro interior. Esto significa y, no deja de ser una opinión aunque más personas la comparten, que todas las luces y, a su vez, todas las sombras metafóricamente hablando que vemos fuera manifestadas en las personas, las cosas, las experiencias que vivimos .... todo eso proviene de nuestro interior.
Desde este punto de vista, me gusta ver a las personas que me rodean especialmente colocadas sobre las aspas, es decir, todas ellas están en ese abanico amplio de colores desde el negro en un extremo hasta el blanco, pasando por todos los matices y variedades.
Cada color representa una creencia que hay en mi, una idea de mi misma, de la vida, de los demás. En realidad todo tiene que ver siempre con uno mismo, pero el insconciente utiliza el mecanismo indirecto de proyección externa hacia el otro, de aquello que nos cuesta asumir como propio. De esta manera evita que nos pongamos a la defensiva y nos permite ver con facilidad.
Una creencia/idea/pensamiento no va andando sola por ahí, necesita un vehículo que la transporte y que le de vida. Para ello están las maravillosas personas que nos rodean, aquellas que aparecen y luego se van. Algunas se quedan mas y otras menos, pero todas ellas tienen una función muy importante en nuestra existencia y es servirnos de espejo.
En ellas nos reflejamos nosotros mismos, es como si nos miráramos frente a un espejo que tuviera la cualidad de ver por dentro como una radiografía. Al principio estamos mal enfocados, normalmente lo estamos, pues vemos en el otro y pensamos que es el otro el que hace, debe o nos hace .... pero el otro sólo es un vehículo de transporte de tu creencia insconciente que se presta a viajar contigo para mostrártela.
Se dice que somos conscientes de muy poco de lo que somos y tenemos en nuestro interior. Se estima que en torno al 5 como mucho 10 %. Asi que puedes ir haciéndote una idea de la cantidad de creencias que contienes en tu interior y de las cuales no eres consciente.
Si hacemos un repaso de las personas con las que nos rodeamos habitualmente, seguro que notamos nuestra tendencia a relacionarnos con aquellas con las que mejor nos llevamos. Aquellas a las que más les gustamos, las que coinciden con nuestros gustos, forma de pensar, etc. Esto es normal y muy comprensible. Sucede también que tendemos a evitar tener tanto contacto con aquellas personas que no nos gustan, no nos hacen sentir bien, no nos entienden, no piensan como nosotros, etc.
Personalmente creo sano el rodearse de personas afines y no tratar de forzar determinadas relaciones pero cuando una persona, especialmente cercana a ti, te molesta, repatea, hace daño, te afecta de sobre manera ..... yo desde luego, asumo que tiene mucho que ver conmigo. Lo que a mi me afecta mucho de otros y me genera tensión y malestar, tiene mucho que ver con mi persona y se me presenta la oportunidad de trabajarlo cuando algo así me pasa.
Podriamos decir que ante esa situación estamos en un extremo del abanico con colores negros y grisáseos, esos no nos gustan tanto, así que tendemos a dejarlos a un lado. Evitamos a estas personas, las sacamos de nuestras vidas, las criticamos, etc. Desde mi punto de vista estamos desaprovechando una maravillosa oportunidad.
Me gustaría exponer una situación real que he vivido hoy mismo con mi madre y que en gran medida ha dado pie a escribir estar palabras.
- Eres mi hija, pero eres caprichosa, egoista y mala. No paras hasta conseguir lo que quieres y cuando lo haces, te aburres y lo tiras como un pañuelo. Algún día pagarás todo el daño que estás haciendo.
Le pregunté a mi madre, si de verdad pensaba eso de mi y respondíó con un rotundo SI.
En ese momento me di cuenta de que ese pensamiento era mio, está dentro de mi, recuerdo haberlo escuchado desde que tengo uso de razón, especialmente de mi madre. Está bien grabado en mi disco duro mental, así que mientras no lo cuestione o invalide, siempre habrá alguien y, en especial, mi madre que me lo refleje.
Cuando asumes creencias, sobre todo, aquellas que absorves de pequeño, éstas te acompañan cuando te haces mayor y cuando las crees, de una u otra forma, las creas. Es decir, terminas actuando según esa teoría, si no en todo momento, en alguna ocasión como mínimo. Toda creencia necesita ser corroborada para mantenerse viva.
- Gracias mamá, le respondí. Sencillamente con una sonrisa y aunque te cueste creerlo, a mi también, con mucho amor.
Si me alejo discutiendo como hacía antes hace ya un tiempo, entonces no le saco provecho. No cuestiono ese pensamiento y sigue sin resolverse. Volverá a producirse de nuevo un altercado que no es negativo, si no una nueva oportunidad para sacar a la luz ese pensamiento y trabajarlo.
Trabajar una creencia no es mas que cuestionarla, desmenuzarla, comprobar la validad real que tiene ... hasta que se cae por si misma, se desvanece. Es algo así como "Se hizo la luz".
Creo que le sacamos poco provecho a las relaciones con los demás. Si viéramos el duro papel que algunas personas asumen en nuestras vidas para mostrarnos las creencias más oscuras que se hallan en nuestro interior, no podríamos más que darles las gracias de corazón y un te amo inmenso.
A mi me ha costado mucho llegar a este punto, y en especial con mi madre, pero creo y digo creo, que voy por buen camino.
Perdemos oportunidades muy buenas de conocernos a nosotros mismos y de crecer interiormente por no escuchar aquello que nos molesta enormemente del otro. Esa información es muy valiosa, si la miramos con comprensión y amabilidad, nos damos cuenta de que sólo nos están reflejando una parte oscura nuestra. Una creencia, un pensamiento que no hemos cuestionado aún. Lo tenemos archivado porque lo tragamos de pequeños como mínimo, arrastramos también memorias de ántes, y está ahi dando la lata. Nuestro inconsciente quiere librarse de él y por eso te lo muestra en el otro, para que lo veas y lo trabajes cuestionándolo. Pero, ¿qué solemos hacer habitualmente en estas ocasiones? respondemos defendiéndonos, echándole la porquería al otro señalándolo con el dedo, alejándonos, rompiendo la relación, etc. Yo lo he hecho en muchos momentos, y diría que quizás puntualmente aún sigo haciéndolo. Ántes necesitaba una distancia real y una separación en el tiempo para darme cuenta y cambiar el foco del juicio. Ahora creo que voy mejorando y sólo con retirarme unas horas en soledad como mucho es suficiente para darme cuenta de que la otra persona sólo me está mostrando una creencia que hay en mi y de la que yo soy responsable.
Hay que tener algo en cuenta en este tipo de situaciones y es que cuando la otra persona se enerva, se irrita, habla con excesiva vehemencia cuando te dice esas palabras, etc. es porque lo que tú haces le molesta de ti. A veces esto puede resultar caótico, lo reconozco, a mi me sucede en muchos momentos en la consulta, sobre todo con una pareja o una familia. Madre mía cuantos reflejos en el otro !!! pero es que en realidad todos nos servimos, somos vehículos de transporte. Eso signfica por ejemplo que yo tengo creencias que mi madre me refleja pero es que a su vez, yo le reflejo a mi madre creencias que ella tiene y de las cuales no es consciente, ni se hace responsable. Otro día escribiré sobre cómo sacarle provecho a las criticas que le hacemos al otro.
A mi me resultan cada día más maravillosas y enriquecedoras las relaciones humanas !!!!
Por esto, permítme sugerirte que no te quedes sólo con las aspas del abanico con colores lindos, si sólo te quedas con aquellas personas que sacan lo mejor de ti y te reflejan un lado bueno tuyo, no le estarás sacando todo el provecho a tu amplio horizonte. Si escuchas atentamente a esas personas del lado más oscuro, aquellas que sientes que sacan lo peor de ti, estarás ante una maravillosa oportunidad para darte cuenta de un pensamiento que te está literalmente jodiendo la vida. Te la estás fastidiando tú, no el otro. El otro amablemente te hace el favor de mostrártelo y créeme que es una ardua tarea.
Tú lo sabes, porque sirves de espejo también para otros.
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