Me he dado cuenta que "suena mejor" eso de practicar Zazen en lugar de
El Arte de no hacer nada jajaja. Parece que lo segundo suena a
vaguería quizás o pérdida de tiempo.
Ayer conversaba con un maravilloso amigo al que conozco desde hace mucho tiempo y la conversación me recordó a la canción de Presuntos Implicados "Cómo hemos cambiado". Me vino genial su apunte, pues lleva mucha razón. Gracias querido Miguel.
Antes, hace algunos añitos ya, yo vivía desde la hiperactividad de casi todo, hacía muchas cosas, tenía muchas relaciones, estaba apuntada a mil y una cosas, llevaba todo para adelante con enegía y entusiasmo. Devoraba la vida como si se fuera a acabar de repente.
Era un torbellino, algo así como una locomotora que causaba sensación allá por donde iba. No creo que esa naturaleza arrodallora haya desaparecido pero sí creo, espero ( jajaja) que está más centrada y equilibrada.
Por mucho que algunas personas me invitaran a parar, hasta que yo no lo decidí por mi misma, no lo hice.
Me esmeré en practicar precisamente el Zazen, que como digo, he comprobado que suena de lujo y cuando invito a alguien para que lo haga, le llega mejor de esta forma, que si le digo que se siente y se pare sin hacer nada más ( cuestión de palabras y de estar a la moda supongo ).
En realidad, eso de pararse resulta tan contradictorio y hasta "absurdo" en este mundo tan aparentemente lleno de cosas importantes por hacer, ¿verdad?.
Yo me dí cuenta de que esa gran hiperactividad en todo, encubría, al menos en mi caso, una adicción, un chute sucedáneo que me alimentaba a seguir desconectada para no sentir, no tocar la soledad, el dolor, el vacio, pero sobre todo, para no llegar a la profundidad de mi Ser, esa parte tan incognoscible que abruma.
Desde el budismo, Zazen significa estar sentado sin hacer nada.
Desde esa calma, sentado y relajado, haces el único trabajo verdadero e importante, el trabajo interior.
Mi sofá tiene ya un roal como el de Hommer Simpson jajaja.
Doy gracias porque hoy día me relaciono conmigo misma y con el mundo desde una serenidad que antes brillaba por su ausencia. He aprendido a parar, y con esto a saborear y redescubrir la vida, porque cuando antes, yo hacía tantas cosas creía que la vivía intensamente, pero no era cierto. Los detalles más lindos, la belleza, la sabiduría, el amor, la propia grandeza de cada momento en su esencia más pura estaban ahí pero yo con tanta distracción no lo veía.
Ahora camino por la calle viendo a muchas personas correr y las entiendo perfectamente, incluso muchos me dicen que "me ponga las pilas" jajaja.
Conviene recordar que la acción desde la Consciencia es natural sin esfuerzo ni planificación, sin embargo, la acción desde la mente egóica se convierte en adicción.
Cuando descubres que la vida es maravillosa y fácil, cuando vives con una atención más plena y consciente el momento; no necesitas estar enganchado a tanta actividad, más bien al contrario. Diría que entonces descubres lo que es verdaderamente importante en esta vida y no las cosas a las que le has dado tanta prioridad siempre.
Para mi, LA IDEA NO ES HACER, SI NO, SER.
Ayer conversaba con un maravilloso amigo al que conozco desde hace mucho tiempo y la conversación me recordó a la canción de Presuntos Implicados "Cómo hemos cambiado". Me vino genial su apunte, pues lleva mucha razón. Gracias querido Miguel.
Antes, hace algunos añitos ya, yo vivía desde la hiperactividad de casi todo, hacía muchas cosas, tenía muchas relaciones, estaba apuntada a mil y una cosas, llevaba todo para adelante con enegía y entusiasmo. Devoraba la vida como si se fuera a acabar de repente.
Era un torbellino, algo así como una locomotora que causaba sensación allá por donde iba. No creo que esa naturaleza arrodallora haya desaparecido pero sí creo, espero ( jajaja) que está más centrada y equilibrada.
Por mucho que algunas personas me invitaran a parar, hasta que yo no lo decidí por mi misma, no lo hice.
Me esmeré en practicar precisamente el Zazen, que como digo, he comprobado que suena de lujo y cuando invito a alguien para que lo haga, le llega mejor de esta forma, que si le digo que se siente y se pare sin hacer nada más ( cuestión de palabras y de estar a la moda supongo ).
En realidad, eso de pararse resulta tan contradictorio y hasta "absurdo" en este mundo tan aparentemente lleno de cosas importantes por hacer, ¿verdad?.
Yo me dí cuenta de que esa gran hiperactividad en todo, encubría, al menos en mi caso, una adicción, un chute sucedáneo que me alimentaba a seguir desconectada para no sentir, no tocar la soledad, el dolor, el vacio, pero sobre todo, para no llegar a la profundidad de mi Ser, esa parte tan incognoscible que abruma.
Desde el budismo, Zazen significa estar sentado sin hacer nada.
Desde esa calma, sentado y relajado, haces el único trabajo verdadero e importante, el trabajo interior.
Mi sofá tiene ya un roal como el de Hommer Simpson jajaja.
Doy gracias porque hoy día me relaciono conmigo misma y con el mundo desde una serenidad que antes brillaba por su ausencia. He aprendido a parar, y con esto a saborear y redescubrir la vida, porque cuando antes, yo hacía tantas cosas creía que la vivía intensamente, pero no era cierto. Los detalles más lindos, la belleza, la sabiduría, el amor, la propia grandeza de cada momento en su esencia más pura estaban ahí pero yo con tanta distracción no lo veía.
Ahora camino por la calle viendo a muchas personas correr y las entiendo perfectamente, incluso muchos me dicen que "me ponga las pilas" jajaja.
Conviene recordar que la acción desde la Consciencia es natural sin esfuerzo ni planificación, sin embargo, la acción desde la mente egóica se convierte en adicción.
Cuando descubres que la vida es maravillosa y fácil, cuando vives con una atención más plena y consciente el momento; no necesitas estar enganchado a tanta actividad, más bien al contrario. Diría que entonces descubres lo que es verdaderamente importante en esta vida y no las cosas a las que le has dado tanta prioridad siempre.
Para mi, LA IDEA NO ES HACER, SI NO, SER.
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