Si yo no cambio un poco mis fallas, mis males,
¿cómo cambiar entonces las tierras, los mares?
Si no cambio un poquito mis mañas, mis juegos,
¿cómo cambiar en algo los dramas, los fuegos?
Si no poquito un cambio mi duda, mi acaso,
¿cómo cambiar más tarde el beso, el abrazo?
Si no cambito un poco mis cauces, mis fuentes,
¿cómo he de cambiar fuera lo mío en la gente?
Si no cambio un muchito mis odios, mis miedos,
si no abro mi ternura me vuelvo de hielo.
Si no muchito un cambio mi cuerda, mi acorde,
¿cómo cantar lo nuevo, lo izquierdo, lo borde?
Si no apoco lo mucho que pierdo, que hiero,
¿cómo darle esperanza al te amo, al te quiero?
Si no amucho lo poco que tiene mi gente,
¿cómo evitar que al canto le asome lo urgente?
Mucho, poquito y nada deshojo la vida
y ella nunca responde, la desentendida.
Mucho, poquito y nada, contraflor al resto,
tenemos que ir cambiando.
Mucho poquito y nada, contraflor al resto,
tenemos que ir cambiando este cambio nuestro.
Daniel Viglietti
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