Me gusta dedicarle especial atención a los cambios de
ciclo. Siempre son una oportunidad
maravillosa para repasar,
comprender, dejar atrás, renovar
y volver a empezar en cierta
forma.
Si observamos la naturaleza, las cuatro estaciones del año, vemos cómo el ciclo es perfecto pues llega el frio del otoño
que empieza a secar las hojas de los árboles, luego en el invierno se caen por
completo, quedándose desnudos
literalmente. Este hecho es necesario
para poder florecer de nuevo en primavera con flores y hojas nuevas y llegar luego al esplendor en verano.
Los cambios de año son ideales y diría que profundamente
necesarios para que las personas también hagamos esta renovación. Quedarnos desnudos metafóricamente hablando
no nos resulta fácil pero es sólo un paso previo al nuevo crecimiento.
Este año me gustaría dedicar este artículo a una llamada que
considero valiosa y necesaria en estos tiempos que corren.
Quizás te estés planteando nuevos propósitos para el año
nuevo como dejar de fumar,
adelgazar, aprender inglés, terminar un curso, encontrar trabajo, tener pareja, poder irte de casa, etc .
Todo esto está genial y te animo encarecidamente a que te
esfuerces por tus sueños, pero me
gustaría invitarte a una reflexión que considero mucho más profunda.
Hay cuestiones internas que cuando uno las aborda y trabaja
a conciencia se manifiestan externamente en todas las áreas de nuestra
vida. Este hecho pasa desapercibido para
muchos que se preocupan de cuestiones “importantes”
para sobrevivir y lo entiendo perfectamente
porque las cosas están mal. Motivo mayor por el que pienso que más falta
hace mirar hacia adentro y valorar detenidamente qué sueños quieres hacer
realidad.
Yo suelo preguntarme a menudo
¿Cómo puedo hacer mejor lo que hago?
¿Cómo puedo ser mejor persona?
¿Cómo puedo ser más feliz?
¿Cómo puedo amar más?
Te invito a mirarte al espejo y ver tu propio reflejo; observa tu imagen, mira tu vida, tus
relaciones con los demás, tu hogar, tus circunstancias económicas y
laborales, tu propia salud … observa con tranquilidad y
comprensivamente.
Permíteme preguntarte
algo:
¿Lo que ves es el reflejo de lo mejor de ti?
¿Lo que ves es lo mejor que puedes ser y dar al mundo?
Muchas personas consideran que no pueden permitirse el lujo
de pensar en estas cuestiones tan aparentemente abstractas porque andan liadas
con otros asuntos más urgentes.
Repito, pasan por
alto que lo que ven fuera en su vida es un reflejo de su mundo interior y que
ahí precisamente es donde está la semilla de los frutos que vemos fuera en
nuestra realidad.
Cambiar de año, de
ciclo, es adecuado porque nos invita a
revisar nuestras vidas, a
cuestionarnos, a ponernos en
examen. No todos lo hacen, pero es una oportunidad que está ahí si tú quieres
utilizarla.
Puedes plantearte muchos propósitos diferentes y como dije
antes es fantástico que tengas objetivos que desees cumplir. Aun así yo te propongo un objetivo muy
grande, requiere compromiso y un
verdadero deseo para hacerlo realidad.
Ese deseo está en todos y cada uno de nosotros pero se mantiene dormido
hasta que uno, a veces por necesidad, y otras, por anhelo de llegar a la verdad, se pone manos a la obra.
Quizás ante las preguntas que te he planteado antes, te sientas a gusto con tu reflejo. Si es así,
olvida estas palabras y sigue la línea que llevas marcada.
Si no ves esa plenitud en todo su esplendor déjame hacerte otra pregunta.
¿Sientes que el mundo te está esperando y, de hecho,
te necesita?
(por favor, párate un instante y observa lo que surge de ti
al leer esta pregunta, después si quieres continua leyendo).
Para mí la vida y todos los que formamos parte de ella te necesitamos a ti porque formas parte del Todo, eres una gota imprescindible en el inmenso
mar.
Tienes un deseo en lo más profundo de tu corazón que te
puede guiar y llevar a lo más alto si tú lo eliges.
Lo más alto es ser quien realmente eres de verdad,
Lo más alto es vivir con felicidad y plenitud aquí y ahora,
Lo más alto es amarte de verdad,
Lo más alto es amar y aceptar lo que es.
Lo más alto es seguir tu vocación, ese don que sólo tú tienes para hacer algo realmente perfecto y
maravilloso.
Lo más alto es dejar tu mejor contribución a la humanidad
que somos todos.
Todos te necesitamos a ti.
Y tu eres libre para decidir en qué te quieres enfocar, a qué quieres aspirar en tu vida.
Yo te animo encarecidamente a que seas tú y des al mundo lo
mejor de ti.
El juego de la vida no ha terminado aun, no para ti,
si no lo estás haciendo ya,
todavía estás a tiempo.
Las mejores semillas sembradas con el deseo profundo de tu
corazón, darán los mejores frutos en
todas las áreas de tu vida.
Feliz Año 2014 y Feliz Nuevo Comienzo.
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