Se acercan unas fechas especiales en las que se echa en
falta más intensamente a los que ya no
están entre nosotros. En mayor o
menor medida todos tenemos seres
queridos que hemos perdido y estas fiestas son tristes y nostálgicas para
muchos. Sé que es difícil evitar esa
tristeza y ese pesar, máxime si es
relativamente reciente o si la persona fallecida era joven. Eso algo mucho más difícil de asimilar.
Aun así, nos viene
bien recordar que cuando estamos con nostalgia del pasado, de aquellos momentos en los que esos
familiares y amigos estaban y nos quedamos con la tristeza de que ya no
están, entonces no estamos viviendo el
momento. ¿Y quién quiere vivir este
momento? Pueden pensar muchos pues han
perdido la ilusión y las ganas de seguir en este mundo. Quizás no estén algunos pero sí hay otros y
ese vivir en el pasado es una forma de negar el presente y de no amar a los que
sí están. Sin quererlo, los seres humanos despreciamos en cierta
forma lo que la vida nos regala hoy, los
que hay hoy en nuestras vidas porque
pensamos en los que ya no están y en otros momentos que ya pasaron.
Muchas veces les digo a las personas cómo creen que les gustaría a ellos que
estuvieran sus seres queridos cuando ellas ya no estén aquí. Quizás esto te ayude a tener otro enfoque, ¿cómo quieres que vivan los tuyos cuando tú
te vayas? Yo personalmente quisiera que
brindaran a mi salud y que disfrutaran cada momento de la vida porque es un
regalo. Que se deleitaran recordando
nuestros mejores momentos juntos y que me enviaran una sonrisa al
infinito. Seguro que ésta me llega.
En el título he utilizado la palabra honrar, ésta puede tener muchos significados
dependiendo de cada persona. La idea que
pretendo transmitir es tener presente y respetar la memoria de los que ya no
están al menos físicamente entre nosotros,
a la vez que vivir el presente
agradeciéndolo y valorándolo. Muchas
personas se cierran a la vida, se alejan
del mundo y estas fechas son horribles para ellas. Sus familiares padecen mucho esta actitud pues
son días de calvario. No pueden sonreír, ni cantar un villancico, ni poner adornos, ni invitar a nadie, ni ver películas de
Navidad …. Porque la vida se paralizó
cuando ese ser querido se fue. ¿Esto
es honrar a tu familiar? No se
trata de hacer lo que hace todo el mundo en Navidad, ni seguir unas costumbres porque sí, pero
si era algo que se hacía en casa y ahora está casi prohibido, entonces sí que puede ser recomendable
hacerse esta pregunta.
Yo he perdido a mi abuela este año, ya no me quedan abuelos vivos, ni paternos ni
maternos. Conforme se acercan las
Navidades más me acuerdo de ella y de los que se fueron antes. Para mí aunque ya no estén físicamente, siguen vivos en mi corazón y en mi
memoria. Les doy las gracias pues soy su
herencia en gran medida, ellos siguen vivos en mí, ellos forman parte de lo que yo soy. Eso me satisface y me ayuda a sentirlos
presentes y muy cerca.
Sé que cuando es un familiar joven, especialmente un hijo, el que ya no esté es algo muy duro y un tanto
anti natural pero soy de la opinión de imaginar que por un agujerillo nos están
viendo y se sienten felices al vernos a nosotros sonreír y disfrutar con los
que estamos ahora. No he vivido en
persona esta situación y por mucho que pueda imaginarlo, no sé en verdad el dolor que experimentan una madre y un padre al perder a un hijo.
A veces resulta complejo entenderlo,
pero la vida sigue siempre adelante y en nosotros está la capacidad para elegir cómo queremos
vivirla, por nosotros mismos y por los que nos rodean.
Honremos a los que ya no están, honremos incluso a todos los que se fueron, a
la humanidad de la que descendemos y que forma parte de nosotros hoy, démosles las gracias y tratemos de hacer las
cosas lo mejor posible ahora que estamos aun aquí.
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