martes, 21 de octubre de 2008

Las estaciones del amor

Una relación es como un jardín. Si queremos que florezca, debemos regarlo a menudo. Hay que tener un cuidado especial y conocer las estaciones del amor.

La primavera del amor

Enamorarse es como la primavera. Creemos que vamos a ser felices por siempre jamás. Es imposible concebir no amar a nuestra pareja. Es una época de inocencia, de ilusión donde el amor parece algo eterno. Todo es perfecto y fluye de manera natural.

El verano del amor

En esta etapa nos damos cuenta de que nuestra pareja no es todo lo perfecta que creíamos, y tenemos que trabajar en nuestra relación. Ya no es todo tan maravilloso y vemos que nuestro ser amado, es tan virtuoso como imperfecto.
Surgen la frustración y la decepción; hay que levantar las malas hierbas hasta la raíz, y las plantas necesitan aporte adicional de agua debido al sol ardiente. Descubrimos que todo no es tan fácil como antes, que no fluye de manera tan natural, no siempre somos felices y no siempre sentimos amor. Muchas parejas, al llegar a este punto, pierden la ilusión. Dejan de querer seguir en esa relacion pues esperan que siempre sea primavera entre ellos y culpan a sus parejas abandonándolas.
El amor no siempre es fácil, a veces exige trabajar duro y esforzarse para que todo funcione bien.

El otroño del amor

Gracias a nuestros esfuerzos en la atención del jardín durante el verano, podemos cosechar los resultados de nuestro tarbajo. Ha llegado el otoño. Es una época dorada, rica y gratificante. Experimentamos un amor más maduro, que acepta y comprende las imperfecciones de nuestra pareja así como las propias. Es el momento de dar las gracias y de compartir.

El invierno del amor

Cambia de nuevo el tiempo y llega el invierno. Durante los meses fríos y yernos de esta época, la naturaleza entera se encierra en sí misma. Es un momento de descanso, reflexión y renovación. Es un momento en las relaciones en que experimentamos nuestro propio dolor no resuelto o nuestro yo más oculto.
Es un tiempo de desarrollo en solitario, en el que debemos buscar el amor y la satisfacción en nosotros mismos más que en nuestra pareja.

Recuerda que el amor es estacional, un ciclo que se repite cada cierto tiempo. En primavera es fácil y maravilloso, pero en verano hay que trabajar duro. En otoño quizás te sientas generoso y satisfecho , pero de nuevo en invierno te sentirás vacio, necesitando ese espacio personal para curar tus heridas y volver de nuevo a empezar.

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