Siempre estamos frente a nosotros mismos, aunque pase tan desapercibido.
Por eso,
Cuando juzgas y señalas, ese mismo juicio vives tu.
Cuando condenas, te condenas a ti.
Cuando das lo que sientes, eso mismo recibes tu.
Cuando ofreces libertad y aceptas a los demás ser como elijan, te estás concediendo esa misma oportunidad a ti.
De la misma forma, cuando limitas, manipulas, retienes a los demás para satisfacer tus miedos y carencias, te impides brillar y sacar lo mejor de ti.
Yo tengo esto muy presente en todo momento.
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