Por mi condición, por mi profesión, por mi querido Ego, ....
siempre he ido dando consejos y opiniones. Muchas veces me las pedían,
pero otras no, y aun así, yo las daba.
Reconozco que esta necesidad de mi querida Lucesita ( mi ego ) en hablar y meterse donde no le llaman, sigue estando ahí y procuro tomar nota de lo que opino de alguién para aplicármelo yo ( algo bueno tiene el hecho de juzgar ) pero evitar ir más allá. Algo que a veces aún, se me escapa.
Lo curioso de todo esto es algo que resulta evidente pero no lo parece. "SÉ TÚ LA RESPUESTA QUE QUIERES VER EN LOS DEMÁS".
En mi vida, sobre todo, personal. a menudo me encontraba con familiares que me soltaban el discurso de lo que yo debía hacer sin abrir siquiera mi boca. Tomé nota de ello, pues desde luego, me estaban mostrando algo que yo hacía, aunque quizás en otro terreno. Cuando dejé de hacerlo, aunque repito, a veces aun se me escapa y me doy cuenta. Pues resulta que ya no me pasa en mi vida familiar ni personal.
Cuando yo he renunciado a meterme donde no me llaman, a llevarle la vida a los demás, a opinar, a juzgar, incluso a dejar de jugar a ser buena y mira cómo te ayudo preocupándome por tí y diciéndote lo que debes de hacer .... pues resulta que en mi vida ya nadie me hace eso, practicamente nunca.
Mi conclusión, por mi propia experiencia. Cuando he actuado yo como quiero que actúen los demás, entonces después lo he visto en los demás de manera natural y consecuente. Sea lo que sea. Nunca es al revés, aunque a menudo pensemos que si.
Reconozco que esta necesidad de mi querida Lucesita ( mi ego ) en hablar y meterse donde no le llaman, sigue estando ahí y procuro tomar nota de lo que opino de alguién para aplicármelo yo ( algo bueno tiene el hecho de juzgar ) pero evitar ir más allá. Algo que a veces aún, se me escapa.
Lo curioso de todo esto es algo que resulta evidente pero no lo parece. "SÉ TÚ LA RESPUESTA QUE QUIERES VER EN LOS DEMÁS".
En mi vida, sobre todo, personal. a menudo me encontraba con familiares que me soltaban el discurso de lo que yo debía hacer sin abrir siquiera mi boca. Tomé nota de ello, pues desde luego, me estaban mostrando algo que yo hacía, aunque quizás en otro terreno. Cuando dejé de hacerlo, aunque repito, a veces aun se me escapa y me doy cuenta. Pues resulta que ya no me pasa en mi vida familiar ni personal.
Cuando yo he renunciado a meterme donde no me llaman, a llevarle la vida a los demás, a opinar, a juzgar, incluso a dejar de jugar a ser buena y mira cómo te ayudo preocupándome por tí y diciéndote lo que debes de hacer .... pues resulta que en mi vida ya nadie me hace eso, practicamente nunca.
Mi conclusión, por mi propia experiencia. Cuando he actuado yo como quiero que actúen los demás, entonces después lo he visto en los demás de manera natural y consecuente. Sea lo que sea. Nunca es al revés, aunque a menudo pensemos que si.
No hay comentarios:
Publicar un comentario