domingo, 19 de octubre de 2014

Si te vas, no se te ocurra volver.

Suelo escuchar esta expresión con mucha frecuencia, sobre todo, en las parejas, aunque también en otro tipo de relaciones familares o laborales.
Es una forma muy clara de manipular la libertad del otro.
El que airado y con aparente tranquilidad dice estas palabras, encubre su propio miedo a ser abandonado, rechazado y quedarse solo, por eso mismo recurre a estrategias tan venenosas como la manipulación del otro para seguir manteniendo una situación-relación.
El otro se siente amenazado, le entra miedo y preocupación por el futuro incierto. Como no parece contar con mucho apoyo, suele recurrir a la comodidad de quedarse en lo malo conocido antes que arriesgar por descubrir algo mejor.
Y así se perpetúan durante años muchas relaciones, especialmente matrimonios, en donde hay un supuesto amor, que no es amor si no apego y autosatisfacción,

Cuando te relacionas con alguien desde el Amor, si esa persona manifiesta su deseo de irse, sencillamente la dejas ir porque la amas y deseas lo mejor para ella. La aceptas y la respetas sin chantajes, ni manipulaciones, ni quejas, ni lamentos, ni reproches, ni amenazas, ni sentencias .... nada de eso es Amor, si no Miedo encubierto en muchas formas.
Cuando vives desde el Amor no hablas de un momento futuro que aun no existe porque vives en el Ahora y desde ese puento y en ese centro, permites al otro ser porque sabes en lo más hondo de ti que sólo así, verdaderamente tú puedes serlo también.

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