A
veces contemplas algo que parece valioso, no significa que no lo sea en
cierta forma, pero cuando crees que es maravilloso y lo tienes, sin
darte cuenta, vuelves a entrar en el sueño de que posees algo.
Algo que en el fondo es sólo una ilusión, muy agradable y linda, pero sólo una ilusión proyectada por tu mente.
Cuando crees que es real, en ese momento, caes de nuevo en el ensueño, pues le otorgas realidad, sin darte cuenta comienzas a pensar que debes hacer algo por conservarlo y cuando menos lo esperas ya te has apegado al mundo de las formas cambiantes y temporales.
Lo que parece algo maravilloso en un principio, por lo que deberías sentirte feliz, lo haces real y, sin querer, te condenas al sufrimiento por tu propia elección.
Cuando eliges no creer en lo que "parece ser", lo eliges tanto para lo desagradable como para lo agradable. Despertar del sueño tiene un precio que quizás al principio "escuece" un poco.
Algo que en el fondo es sólo una ilusión, muy agradable y linda, pero sólo una ilusión proyectada por tu mente.
Cuando crees que es real, en ese momento, caes de nuevo en el ensueño, pues le otorgas realidad, sin darte cuenta comienzas a pensar que debes hacer algo por conservarlo y cuando menos lo esperas ya te has apegado al mundo de las formas cambiantes y temporales.
Lo que parece algo maravilloso en un principio, por lo que deberías sentirte feliz, lo haces real y, sin querer, te condenas al sufrimiento por tu propia elección.
Cuando eliges no creer en lo que "parece ser", lo eliges tanto para lo desagradable como para lo agradable. Despertar del sueño tiene un precio que quizás al principio "escuece" un poco.
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